viernes, 7 de diciembre de 2018

Entrevista Carlos Guevara Vivanco


De profesión Ingeniero, este sanfernandino radicado en la capital, nos atiende de manera muy afable y cariñosa, (es difícil poder encontrarse frente a frente en la vorágine diaria), la entrevista es imprescindible ya que nos visitará el próximo 15 de diciembre para contarnos de su pasión “LA FOTOGRAFÌA”. Carlos Guevara Vivanco, silencioso, sencillo, muy talentoso, hoy bordea los 55 años, andinista, en su juventud practicó atletismo y básquetbol, es un deportista. Encontró en la fotografía la manera de contarle al mundo todos los valores que debemos cultivar y abrazar. He aquí este largo diálogo y cómo brota de su alma esta pasión.

¿Cómo te iniciaste en la fotografía?
Desde muy joven comencé a salir a la cordillera, debo haber tenido unos 12 años, primero fue a la Cordillera de la Costa en San Fernando, ciudad donde nací y crecí, muy pronto vinieron las salidas a la gran Cordillera de los Andes y ya en esas salidas me interesé por fotografiar lo que veía. Logré tener una cámara muy sencilla, con rollo obviamente, hablo por allá del año 1975 más o menos… cada vez que podía fotografiaba y generalmente no quedaba contento con los resultados, de las 36 fotos del rollo, eran muy pocas las que normalmente me gustaban. Pasaron los años y la fotografía siempre se mantuvo como una pasión que no sabía cómo desarrollar. Tuve años más tarde mi primera reflex, una Zenit 12XP, una cámara extraordinaria para aquellos años, comencé a interesarme en el blanco y negro y diapositivas, pero cada vez que recibía los resultados después de días de haber enviado un rollo a revelar, mi cara de decepción era notoria. Luego por ahí a fines de los 80 vino una Nikon F-301, me sentía en la gloria, luego por el año 2003 una Nikon Z80, luego a los dos años vendría mi primera cámara digital, mi fiel Fuji Finepix S3000, de ahí ya salto al 2011 con una cámara Nikon D90 y el 2014 adquiero mi Nikon D800E que me acompaña hasta el día de hoy junto a una Sony mirrorless. Recuerdo perfectamente cada una de mis cámaras y los momentos de mi desarrollo que viví con ellas. No es hasta el año 2011 donde creo ya comienza mi desarrollo más formal, creo que el acceso a información en la era digital me ayudó mucho, los foros, redes sociales; comencé a estudiar harto, leer mucho, manteniendo siempre una mente lo más abierta posible a las críticas, surgieron los maestros, los “profes”, siempre estudiando e intentando perfeccionarme.
Interesante Carlos, hemos sabido que entre los buenos fotógrafos en Chile te aprecian y reconocen tu amor por la fotografía, cuéntanos…
¿Que áreas de la fotografía te motivan?
Principalmente el paisaje y en particular el paisaje de montaña. Prácticamente 40 años de mi vida los he pasado en contacto directo con la cordillera. Comencé a vivir la montaña desde los 12 años, siempre alentado por mi padre en el contacto con la naturaleza. La vida al aire libre me llena el alma y a pesar de mi educación formal como Ingeniero, nada me apasiona más que respirar aire fresco.
Hace algún tiempo escribí algunas palabras que me identifican mucho:
- “Fotografiar un paisaje no es sólo fotografiar su belleza, fotografiar un paisaje es mostrar mi belleza interior, es proyectar lo que soy o quiero transmitir a través de la geografía que me maravilla…”
- “Dejarse llevar, mirar lejos, jugar con cada elemento que nos brinda el paisaje, emocionarse, maravillarse, sentir que los pelos se nos paran cuando estamos ahí, querer seguir, disfrutar el cansancio… esa “agradable sensación de cansancio”, sentir que poco a poco nos vamos fundiendo con el paisaje en el que estamos, sacarnos de encima todo, ser nosotros mismos, disfrutar como niños… sólo así podremos tener alguna posibilidad de transmitir emociones a través de nuestras imágenes.”
También me atrae mucho el macro y la fotografía documental de viajes, lugares y gente de esos lugares.
El lego puede pensar y creer que es llegar y disparar, apretar el obturador ¿no es así?
¿Algún viaje fotográfico que recuerdes con especial cariño?
A fines del 2013, recibí una invitación de Juan Carlos Gedda para ir a fotografiar junto a Andel Paulmann a Nahuelbuta. A Juan Carlos sólo lo conocía “virtualmente” al igual que a Andel, a quien recuerdo haber visto en una oportunidad en una exposición. Sentía nerviosismo pues en general suelo ser de pocas palabras y temía no conversar mucho, pero a las pocas horas la conexión fotográfica y de amistad se dio en forma extraordinaria. El 1er día Juan Carlos nos propuso que nos levantáramos a las 5:30 AM para alcanzar a llegar al lugar que queríamos… llegamos un poco tarde… al 2do día nos levantamos a las 5:00 AM, hacía mucho frío, cada uno salió de su carpa con cara de sueño, ganas de un buen desayuno, pero a los pocos minutos ya estábamos en la camioneta de Juan Carlos rumbo al punto donde esperaríamos el amanecer. Llegamos a la hora… lo que vino después fue indescriptible, incluso al recordarlo y escribirlo hoy me produce emoción y me invade una sensación de querer estar nuevamente ahí. Nahuelbuta nos premió con un amanecer único, nuestras emociones estaban a flor de piel, casi no podíamos creer lo que estábamos viviendo. Fue una jornada única. Con una de esas fotos gane el año 2014 el 1er lugar en la categoría paisajes del concurso de fotógrafos de naturaleza argentinos agrupados en Fotonat.
También en mayo de este año realicé un viaje solo a Torres del Paine con el único objetivo de fotografiar, de encontrarme con la fotografía que yo quería hacer, esperando todo el tiempo que fuera necesario. Fue un viaje que marcó para mí un gran crecimiento en lo personal y en mi estilo fotográfico. Hoy parte de ese trabajo se expone desde el mes de septiembre en Dresden, Alemania, exposición que finaliza en enero de 2019.
En este relato nos señalas tus logros y reconocimientos también a nivel internacional, buena noticia para quienes visiten Europa este verano chileno pues, al concurrir o pasar por Dresden, sientan el orgullo que un chileno también puede estar allí, en las grandes galerías.
¿Nos podría nombrar sus tres fotografías favoritas?
Me costó trabajo decidirme, creo que mis tres fotografías favoritas son aquellas que aún no he hecho… siento que me falta tanto por aprender que todavía me encuentro en transición a desarrollar un mejor trabajo, pero sobre lo que ya he hecho mis tres fotografías favoritas son:
Ilusiones.
En noviembre del año 2012 tuve un accidente en la cordillera y me disloqué un hombro, tuvieron que operarme. Pasaron 4 meses antes de que recién pudiera volver a acampar. Tenía tantas ganas de volver a subir a la cordillera que veía montañas por todas partes. Acampábamos con mi esposa en las cercanías de las Termas del Plomo, el atardecer se veía muy bello, pero me concentré en el río cercano, encontré una piedra que semejaba una montaña y salió Ilusiones, el proceso emotivo tras esta imagen me hace pensar hasta el día de hoy. Paisajes y emoción van juntos.
Los gritos de la Patagonia.
Esta foto se genera también después de un proceso emotivo. Estaba de vacaciones en la Carretera Austral, en ese entonces yo hablaba mucho acerca de la importancia de un protagonista en cada foto. Con mi familia veníamos de vuelta de una caminata en las cercanías del Lago General Carrera, ya atardecía y pasábamos cerca de un río. De pronto escuché gritos que me llamaban, me apresuré en llegar, me asomo desde lo alto hacia el río y me dicen… “ahí tienes tu protagonista”, señalándome un tronco erguido seco a orillas de la caída de un gran salto de agua. Fue amor a 1era vista! Fue tanta mi emoción por esa escena que ese día decidí no hacer la foto, me quedé solo largos minutos y me senté sólo a observar y sentir, la escena, la luz, las sombras, todo me generaba una gran emoción. Hice sólo algunos disparos de prueba y volví al día siguiente. Fue muy difícil hacer esa foto, llegar al agua, la cantidad de brisa húmeda impulsada por el viento me mojaba la cámara y el lente, pero disfruté ese momento al 100%.
Un mágico amanecer.
Nahuelbuta diciembre de 2013. Todo era bosque, todo era araucarias. Me encontraba en compañía de dos grandes fotógrafos, Andel Paulmann y Juan Carlos Gedda. Siempre he sentido que me cuesta componer en bosques, estaba un poco nervioso pues se veía que ese amanecer sería inolvidable y temía dar la nota baja, mi antigua Nikon D90 con un trípode averiado contrastaban al lado del equipo de mis compañeros, mi nerviosismo aumentaba junto con mi ansiedad, miraba hacia el bosque casi sin saber que hacer, estaba parado en un amanecer demasiado espectacular en la cima de un pequeño cerro y lo único que veía era una masa de araucarias. Respiré profundo e intenté calmarme, levanté la vista y de pronto, del otro lado, vi la montaña, los volcanes, las cimas de la gran cordillera de los Andes y sin pensarlo más compuse pensando en araucarias, bosque, valle y montañas. Luego vinieron más y más disparos, pero ya había tenido un mágico amanecer, un punto de partida, una vez más las montañas me salvaron…
Sin duda Carlos, tienes mucho que contarnos…
¿Nuevos proyectos para el futuro?
Mi principal proyecto está relacionado con seguir estudiando y perfeccionando tanto mi técnica fotográfica como mi relación con el arte visual. Actualmente no temo probar, experimentar y equivocarme, sobre todo equivocarme mucho, pero todo es parte del camino de mejorar y crecer.
Me interesa mucho comenzar a generar proyectos basados en “obra”, que tengan un concepto y un discurso. Ya no busco fotografiar algo por fotografiarlo, quiero trabajar en base a un contenido, en base a una idea que pueda transmitir algo al espectador.
Quizás algo desconocido, algo inalcanzable hace unos años atrás por el costo que esto significaba, para motivar a los jóvenes y niños….
¿Algún consejo para nuestros lectores que les ayude a perfeccionarse?
Creo que los mejores consejos que puedo dar son el de trabajar duro, estudiar mucho, ser crítico con uno mismo, tener la mente abierta a las críticas y no adoptar posiciones defensivas. Un consejo que también me dieron y que me ha ayudado mucho es el de tener ideas claras para lograr imágenes que transmitan un concepto, un mensaje claro. Para mi una foto debe ser capaz de transmitir un mensaje, emociones, cuando lo que el espectador observa lo hace pensar y le genera algún tipo de sentimiento.
Por último creo que la disciplina es fundamental y aquí quiero detenerme para agradecer a quienes me ayudaron mucho durante mi adolescencia y cuyas enseñanzas aportaron en gran medida a forjar mi carácter exigente de querer hacer las cosas bien y en forma apasionada. Me refiero a Olimpia San Fernando, una generación notable de personas con una pasión inifinita por lo que hacían y entregaban, sus enseñanzas marcaron mi carácter y gracias a todo lo que aprendí de ellos pude tener un espejo y una guía de cómo quería seguir haciendo las cosas que me apasionaban. Tendría que nombrar a muchas personas, pero voy a mencionar a dos en particular, primero mi profe, el gran Manuel Meneses, quien seguramente no se imagina todo lo que influyó en mi vida, su ejemplo y enseñanzas me acompañan hasta el día de hoy. Y también al que después fue mi profe de basquetball, Christian Villena, quien también me transmitió la pasión verdadera, el sacrificio, dedicación y entrega.
Gracias Carlos, tenemos la certeza que tus enseñanzas y relatos servirán a más de alguna persona, sobre todo a los niños y jóvenes, también creemos que los profesores que aludes, sentirán en sus corazones que sus esfuerzos de antaño, rinden frutos. Esperamos que nuestros lectores y los seguidores de Olimpia te encuentren el día sábado 15 de diciembre, en la Sala de Consejo de la Ilustre Municipalidad a las 12:00 hrs., con el objeto de escucharte, conocerte y aprender de ti.

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