viernes, 21 de septiembre de 2018

Alguien vino a golpear nuestra puerta

por Luis Hernán Cornejo Montes (Nano)

Invierno del 71 , 72 el viento sur corretea por el costado de la Iglesia San Fernando Rey, hacia el norte es invierno y los que caminamos por allí hacia el Neandro Schilling , sabemos de sus caricias, rostros y manos partidas, muchas veces llagas, en ese tiempo que recuerdo, no existían las parkas, la
mayoría solo el vestón colegial azul sin solapas para ahorrar precio y el paso ligero para llegar a la centenaria Mansión. No íbamos a imaginar que ese viento frío traería a Manolo desde el Sur, sus manos llenas de alegrías, sus ojos llenos de mensajes podría decir que había cruzado un desierto de
reflexión y en ese viaje llenó sus mochilas con regalos de pensamientos, nuevos conceptos, divagaciones excepcionales, amor al prójimo, respeto, calidez humana, desafíos, ideas extrañas para nosotros adolescentes alumnos deportistas.

El deporte y la recreación son un derecho de todos los seres humanos, debemos decir la verdad aunque esto signifique que tu equipo pueda perder, no sacarás ventaja incorrecta para obtener un resultado, no ganaremos a toda costa, el único éxito es el que proviene del entrenamiento, debemos
saludar al rival aunque perdamos, debemos llegar a la meta aunque sea caminando, debemos reflejarnos en los grandes y buenos deportistas, debemos fijarnos desafíos, debemos ser sanos, debemos respetar a nuestros padres y amarlos, seremos buenos camaradas, trabajaremos por los que nos necesitan más. Y como un mago sacaba historias de leyendas de hombres que cruzaron el umbral del esfuerzo último, hombres notables de los que había que obtener ejemplos, para reflejar nuestro ser y el quehacer. Unimos nuestras manos en el aquel Verano del 72 y sellamos el pacto para siempre
con OLIMPIA.

Más tarde llegó el calor del Verano, pero de esas historias hablaremos después...

No hay comentarios:

Publicar un comentario