martes, 9 de octubre de 2018

Olimpia en pocas palabras

¿Disertar?
Reuniones en el portal. Manolo nos explicó que, aparte de adquirir destrezas
deportivas, íbamos a crecer como personas, es decir una formación integral. Para
tal efecto, teníamos que elegir un tema para disertar frente a los demás. Con la
Polla nos asustamos mucho y no nos imaginábamos disertando. Finalmente no
recuerdo si efectivamente se llevó a cabo dicha actividad. Lo que sí recuerdo es que
posteriormente con Christian coordinamos para exponer sobre las religiones. ¿Lo
habremos hecho? ¿Alguien se acuerda? (Sari Rodriguez)

2

En la Pista
Hoy, mitifico quizás, nos juntábamos todos los días en la pista atlética. Existían amigos que
entrenaban juntos, luchábamos para superarnos. Mi entrenamiento atlético me permitió
volar en el baloncesto, tenía un estado físico envidiable, corría, corría, corría, los demás
que estaban en la cancha parecían que caminaban. Siempre me sentí muy bien. Delgado
como un palo. Llegué a entrenar en la mañana y en la tarde. Dos sesiones diarias. Mis
mejores marcas, personales, nadie me puede contar que es teoría. Cuatrocientos metros,
55”9; Ochocientos metros, 2.12”.00; mil quinientos metros 4.16”00. Era y es mi orgullo.
Puedo exigir, puedo pedir, puedo contar que es cierto. Todos los días…luchando siempre.
Tratando de superarnos. (C. Villena)

3

Quién…cómo… niñitos necesitan….
Mi pasión siempre fue el baloncesto. Tenía 15 años, no tuve profesor, menos un técnico
que me enseñara. Juan partió al físico en el año 1972, los fines de semana nos apoyaba,
agrupaba, y dirigía sesiones de entrenamiento, comencé a conocer técnicas del
básquetbol y por supuesto más me apasionaba, comencé a jugar mejor, sin ser un buen
ejecutante. El 75, ingresé al físico en UC de Talca. Me fortalecí en el conocimiento para
enseñar. Podía entregar más conocimiento a los equipos varones de los cuales me hacía
cargo. Apoyaba a niños desde 5 años hasta los 17… hoy pienso cómo podía hacer aquello,
tenía 17 años¡¡¡. Cuando comencé con los más pequeños tenía 15. Miro hacia esos años y
me digo…” es posible…porqué fue posible”. Los más pequeños llegaron a un Torneo
Nacional de Mini Básquetbol. Los mayores llegaron al tradicional Torneo Campioni del
Domani, en Santiago, Stadio Italiano.- Con el apoyo de tres jóvenes de otras instituciones.
(C. Villena)


4

Niños–jóvenes
Hacíamos muchas cosas, debíamos hacer cartas, formalizar aquello que pretendíamos,
solicitar permisos, relacionarnos con autoridades. Éramos niños-jóvenes. No nos
consideraban mucho, no era edad de ser responsables. Cartas para el Cross, colegios,
directiva de los dueños del parque, municipalidad, carabineros, etc. Para cualquier
actividad, era la rutina. Nuestro poder y fuerza de gestión era envidiable, trabajo en
equipo, hacíamos de jueces, árbitros, comisionados, oficiales de mesa de control, puertas,
jueces de llegada, medir lanzamientos, saltos, cronografistas, apuntadores, jueces de
curva… etc. Múltiples. Éramos niños y jóvenes con deseos, ganas, perseverantes,
obstinados, insistentes…hasta lograr los objetivos propuestos. Se puede y se podía.
Éramos niños y jóvenes…con sus virtudes y defectos…éramos niños y jóvenes. (C. Villena)

5

Ese verano
En ese verano nos hicimos cargo de la piscina municipal. Había que adornarla. La
muralla que la rodeaba, pintada de blanco. Omar nos había regalado su arte, había
diseñado el logo de OLIMPIA. Le pedimos otro esfuerzo; qué hay que hacer,
preguntó. Simple, Omar, hay que pintar cada panel de la extensa muralla con
motivos deportivos.
Con el correr de los días fueron apareciendo pinturas de diferentes deportes.
En el panel central, obvio, el logo de OLIMPIA. (Manolo)

6

A sus marcas
Campeonato de Atletismo. Hay que marcar la pista. Pista de ceniza. Marcar las
rectas era fácil: una lienza larga, de extremo a extremo y Guatonito
(cariñosamente) era el encargado de marcar por encima de la lienza. En ese
tiempo, se usaba el tarro perforado en su fondo con el ancho de la línea del
andarivel. Cal en el tarro, ida y vuelta, con buen ritmo. Sencillo, fácil. Lo complicado
era marcar las curvas. Tres tablas pesadas, unidas, daban más o menos 8 mts. de
largo. Clavos que sobresalían a una distancia de 1,25 mts, (ancho del andarivel).
Manuel Torres apoyaba el listón en el borde interno, Lautaro lo llevaba, lo conducía
por el borde externo. Manuel, agachado, recorría toda la curva. A medida que se
avanzaba los clavos marcaban cada andarivel. Guatonito ponía el broche de oro
con el tarro y la cal. (Manolo)

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